Perro asustado.
En el viento viajan
voces del pasado.
Luna menguante,
amorosa sonríes
pero distante.
A falta de espejo,
el ruiseñor contempla
su eco.
Luna llena.
Por esta senda
no camino solo.
Nada te distrae
cuando meditas,
Buda de piedra.
En la sombra
de las cosas vivas,
la muerte dormita.
Solitario,
el espejo repasa
sus memorias.
Fugaz estrella.
Más breve aún
este poema.
viernes, 18 de septiembre de 2009
Haikus de Mauricio Piscoya
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